jueves, 9 de septiembre de 2010



EL MUNDO ISLÁMICO Y EL ANÁLISIS DE TOYNBEE


Toynbee reduce a dos las reacciones que el mundo islámico adopta ante Occidente. Basándose en referentes bíblicos, llama herodianos a los árabes que, sabiéndose incapaces de rechazar o vencer la influencia cultural occidental, adoptan, o mejor dicho, adaptan los modos y formas de la civilización dominante a sus propios estilos de vida, sin que por ello dejen de observar a esta civilización como enemiga u opositora. Los herodianos serían los árabes "occidentalizados" de hoy, y a esta tendencia responderían, actualmente, países como Jordania, Egipto o Marruecos. La otra tendencia vendría representada por el rechazo a toda incursión, presencia o influencia de Occidente, considerado como el enemigo absoluto, y sus miembros reaccionarían belicosamente, llamando al enfrentamiento total. Toynbee los llama zelotes - de esta palabra proviene el adjetivo "celoso" - , y hoy estarían representados por los terroristas de Al Quaeda o el radicalismo talibán.
Los primeros se internan en una adaptación superficial cuyos frutos sociales resultan insatisfactorios al estar desproporcionadamente dividida la riqueza en el mundo árabe; los segundos, siendo conscientes de que, en realidad, han sido derrotados y de que su mundo no resiste ante una presencia cultural más equitativa, universalista y poderosa, optan por el rechazo frontal.
Resulta interesante comprobar que la figura el terrorista suicida confirme el análisis de Toynbee. Éste escribe, literalmente, que los zelotes, sabedores de que su "tipo de civilización no existe", actúan entregándose a una guerra desesperada y sin cuartel.
Sesenta y dos años después, al análisis de Toynbee sólo se pueden añadir las circuntancias agravantes que todos sabemos. Las cosas están prácticamente en el mismo sitio. El hecho de que haya modistos o raperos árabes, incluso intelectuales encarcelados, no modifica sustancialmente el panorama, más bien confirma el veredicto. Toynbee señala que la occidentalización aparencial del mundo árabe, en realidad restringe su creatividad social y cultural, ya que se limita a una actitud receptora de avances y conceptos de gestación foránea. Eso ocurre hoy, añado yo, con cuestiones tales como genocidio, democracia, xenofobia, derechos humanos o libertad de expresión, conceptos que periodistas y políticos árabes intentan manejar con soltura sin haber participado en su origen, es decir, siendo parte crítica del acervo cultural reciente de Occidente, del presunto enemigo, del infiel.
La visión de futuro de Toynbee se cierra señalando que en la amplia pero confusa mixtura cultural que ya vivimos, el Islam tendrá un protagonismo importante. De éste depende en buena medida que ese magma adquiera tonos harmonizadores o desemboque en una tendencia totalitaria, adversa a Occidente. En ésas estamos.

1 comentario:

José Antonio Fernández dijo...

Una entrada muy actual, aunque parece que este tema siempre es muy actual, por el problema generado por el "seudo reverendo" que quiere hacer una hoguera con libros del Corán. Seguramente este personaje, en otro entorno, en otra cultura, sería de los que ahora rechazamos (me lo puedo imaginar perfectamente con un cinturón cargado de explosivos) y es facil llegar a la conclusión de que siempre caemos en la misma trampa de rechazar lo diferente, en vez de rechazar lo socialmente repugnante como los que van secuestrando occidentales, no todos los musulmanes lo hacen, los que ponen bombas, no todos los musulmanes están dispuestos a eso, o muchos religiosos occidentles que en otro entorno y si tuvieran posibilidades estarían encendiendo piras en cada esquina.
Lo dicho, un tema muy actual, tanto como que se habla de él desde hace 2000 años.
saludos.

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